Los jabones que hago son naturales. Son a base de aceites como el de oliva, coco, ricino, germen de trigo, girasol o maiz. Hay muchísimos distintos, según las propiedades que le quiera dar al jabón empleo unos u otros. El resto de los ingredientes son también naturales, como la miel, azucar, sal, avena, especias, arcillas, aceites esenciales, frutas, pétalos de flores...hay infinitas posibilidades. No hay una receta única, y esto es lo divertido. Podría hacer cada día un jabón distinto y no terminaría núnca.
En cuanto a los colores, pues lo mismo. Son el resultado de los ingredientes del jabón. El marrón oscuro es del cacao, el verde de arcilla verde, el amarillo de infusión de caléndula, un tono naranja podría ser de pimentón...de momento no he usado otros tipos de colorantes artificiales. Existen colorantes de origen vegetal que por lo visto funcionan muy bién. Creo que acabaré probando alguno con el tiempo. Tengo ganas sobre todo de hacer algún jabón azul. He empezado también a hacer pruebas mezclando varios tonos, es divertidísimo.
Idear el tipo de jabón que quieres, formularlo, preparar todos los ingredientes, hacer la mezcla, darle e acabado, dejarlo secar y, al cortarlo descubrir cómo ha quedado. Ese momento de cortarlo me encanta. Muchas veces te sorprendes del resultado. No siempre queda como esperabas, pero casi siempre te sorprende.
Los aromas son también muy suaves porque tampoco le hago ningún añadido artificial. Hay algunos ingredientes que le dan un aroma algo más característico, como la manteca de cacao, la arcilla verde, o la canela, pero por lo general pasa desapercibido. Únicamente he hecho un jabón que olía un poco más y es porque utilicé aceites esenciales de árbol de té y menta, como en el jabón de afeitar. En los jabones de caléndula y de lavanda también se notan las flores.
domingo, 15 de marzo de 2009
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