Este es sin duda uno de mis favoritos.
Quería hacer un jabón muy suave, que fuera muy cremosos y que dejara la piel hidratada. Pensé que podía sacrificar un poco de espuma a cambio de una mayor hidratación. La espuma tiende a hacer los jabones menos grasos. Es decir, un jabón con muchísima espuma será mucho menos suave para la piel que un jabón con poquita espuma. Luego están todos los términos medios...
Así que me lancé de lleno con el experimento y le dí a este jabón un sobreengrasado muy alto, para que parte de los aceites que componen el jabón no saponificaran y permanecieran con todas sus propiedades al usarlo. Vamos, que al usar el jabón la sensación en la piel fuera de un acondicionado extremo, pero sin dejar la piel grasienta.
El resultado ha sido un jabón espectacular. Extremadamente suave, con espuma, muy cremoso y que deja la piel estupenda, incluso la de la cara. Precisamente, hay gente que ya me ha comentado que les va fenomenal para el cutis.
Este jabón contiene, entre otros, aceite de oliva, aceite de coco, aceite de ricino, aceite de calendula, infusión de caléndula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario